lunes, 6 de enero de 2014

Un regalo: mi compromiso

El Día de Reyes debe acercarnos más a Jesús. Foto Internet
El seis de enero es para los católicos del mundo una fecha especial al recordar la visita que realizaron los tres Reyes Magos al niño Jesús, quien había nacido el 25 de diciembre. Se celebra de muchas maneras en varias partes del mundo, pero todas con el mismo sentido, adorar al Niño Dios y llevarle presentes.


Oro, incienso y mirra fueron los obsequios que los sabios entregaron a la Sagrada Familia, los cuales en aquella época tenían gran valía. Con el pasar del tiempo la celebración se fue transformando en una mera entrega de regalos a los niños y niñas, estrategia del mercado para fomentar el consumismo, sobre todo en Europa donde se acostumbra celebrar el Día de Reyes de esta manera y con una gran cena en el hogar.

Pienso que lo de los regalos no está mal, porque se debe estar alegre y ya es un costumbre antigua que sería muy difícil romper. Sin embargo, en muchos de estos hogares se quedan únicamente con este ritual olvidando realmente lo importante, asistir a misa y dedicar oraciones de adoración a Jesús niño.

Sobra decir que soy católica, este post es más que todo una reflexión a propósito del Día de Reyes y compartirles una de mis metas de este año: fortalecer mi fe con la lectura diaria de la biblia y asistir más a las celebraciones eucarísticas.

Veremos cómo me va. Ojalá se animen ustedes también a acercarse un poco más a Dios y a la iglesia a la cual asisten. Lo importante es que tengan al Señor en sus vidas y sea el centro de su hogar.

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