El Día de Reyes debe acercarnos más a Jesús. Foto Internet |
Oro, incienso y mirra fueron los obsequios que los sabios entregaron a la Sagrada Familia, los cuales en aquella época tenían gran valía. Con el pasar del tiempo la celebración se fue transformando en una mera entrega de regalos a los niños y niñas, estrategia del mercado para fomentar el consumismo, sobre todo en Europa donde se acostumbra celebrar el Día de Reyes de esta manera y con una gran cena en el hogar.
Pienso que lo de los regalos no está mal, porque se debe estar alegre y ya es un costumbre antigua que sería muy difícil romper. Sin embargo, en muchos de estos hogares se quedan únicamente con este ritual olvidando realmente lo importante, asistir a misa y dedicar oraciones de adoración a Jesús niño.
Sobra decir que soy católica, este post es más que todo una reflexión a propósito del Día de Reyes y compartirles una de mis metas de este año: fortalecer mi fe con la lectura diaria de la biblia y asistir más a las celebraciones eucarísticas.
Veremos cómo me va. Ojalá se animen ustedes también a acercarse un poco más a Dios y a la iglesia a la cual asisten. Lo importante es que tengan al Señor en sus vidas y sea el centro de su hogar.
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