Relatos de viajes y de la vida misma. Una acercamiento a la realidad que veo y lo que me hace sentir
lunes, 5 de noviembre de 2012
Tradición entre el dolor y la alegría
Luego en 1995 sufrí otra pérdida, una de mis mejores amigas falleció cuando estabamos a pocos meses de bachillerarnos, justo antes de Semana Santa. Cristiana Gallo, era una chica que brillaba con luz propia, con toda la vida por delante, pero un accidente de tránsito acabó con su vida y la de otra compañera de estudio, Angélica.
Todos los años cuando es el día de los muertos, a estos seres queridos los tengo en mi memoria. No voy al cementerio. Sé que es una tradición en mi país, visitarlos incluso ir a misa y realizar diversos ritos religiosos, pero algo en mí no va de acuerdo a este acto ancestral del Dia de los Difuntos.
Yo prefiero pensar en la muerte como un traspaso de esta existencia a otra, no en vano la creencía cristiana asegura que realmente no morimos, pues nuestra alma permanece intacta a la espera del regreso de Jesucristo. Yo prefiero pensar que ellos, mis seres amados que por siempre estarán vivos en mis recuerdos.
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